miércoles, 8 de abril de 2020

ORIGAMI










MASAJE SHANTALA


¡A JUGAR CON EL CUERPO!

💚 ¡¡BÚSQUEDA DEL TESORO EN CASA!! LAS PISTAS PUEDEN SER DIBUJOS O BIEN HUELLITAS PEGADAS POR VARIOS LUGARES PARA  ORIENTAR LA BÚSQUEDA. 
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💛 ARMAR CIRCUITOS CON SILLAS, COLCHONES, ALMOHADONES, ETC. IMAGINAR UN ESCENARIO COMO LA SELVA....JUGAR A PASAR POR TÚNELES, SALTAR DIFERENTES OBJETOS, CAMINAR DESPACIO COMO ELEFANTES, ROLAR COMO TRONQUITO CAMINAR HACIA ATRÁS COMO CANGREJO, ARRASTRARSE COMO SERPIENTES, TIRAR PARA ARRIBA ALMOHADONES, JUGAR CON PAÑUELOS.

💜 JUEGO DE LA ESTATUA




💚 BAILAR IMITANDO 







💙 JUGAR CON PELOTAS DE PAPEL;  EMBOCAR, LANZARLAS Y AGARRARLAS, RODAR.

Puro cuento del caracol Bú (Laura Devetach)

Puro cuento del caracol Bú 
Laura Devetach en Monigote en la arena; Colihue; Bs. As. 


                    Cuando el caracol Bú se cansó de su casita que parecía un cucurucho, se la sacó y la dejó sobre una piedra. Una piedra de cuento, de un jardín de cuento, donde todo es puro cuento. 

Ese día el jardín redondo tenía un sol de girasol y tres nubes de ovejitas blancas. Bú salió contento a buscar una casa nueva. Debajo de un pastito encontró un grano de maíz amarillo, panzoncito y con nariz blanca. - ¡Qué grano tan pupipu!- dijo, y se lo puso para que fuera su casa. Bú probaba su casa nueva por los canteros. Iba muy tranquilo, caminando como caminan los caracoles, que es más despacito que no sé qué, cuando saltó el sapo y lo saludó: - ¡Adiós, señora lombriz con un maíz arriba! - ¡Colelo! -contestó Bú muy ofendido, con los cuernos un poquito colorados. Y siguió probando su casita nueva. Después lo vio el grillo y le dijo: - ¡Adiós, señor tallarín con un maíz arriba! - ¡Colelo! - contestó Bú con los cuernos más colorados todavía. Y siguió paseando por la yerbabuena que tenía olor verde y mucha pelusita. Después se encontró con la tortuga, que lo saludó: - ¡Adiós, señor piolín con un maíz arriba! - ¡Colelo! - contestó Bú con los cuernos coloradísimos. 

Y para que no lo confundieran más con lombrices, tallarines o piolines con un maíz arriba, se sacó el maíz y lo guardó para adorno. Se puso a buscar otra casa. Se probó una cáscara de maní, pero el balcón lo tapaba entero y no podía sacar los cuernos al sol de girasol. Después probó un pedacito de tiza que parecía una torre. Pero no le gustó porque no tenía campanas ni pajaritos. Después un botón que dejaba pasar el viento. Y un papelito que se voló. Y una hoja seca que hacía mucho ruido. Y un jazmín cabeza para abajo. Y una cáscara de nuez patas para arriba. Y una caja de fósforos grande como un chanchito. Y así Bú dio la vuelta al jardín redondo. 

Por fin, sobre una piedra, vio su cucurucho blanco que le gustó otra vez y se lo puso. - ¡Col col! - dijo muy contento. El cucurucho no le quedaba ni chico ni grande, ni puntiagudo. Entonces se lo dejó puesto. Y en la punta lo adornó con el grano de maíz. Cuenta el cuento del jardín redondo que cuando brilla la luna de pastilla de naranja, Bú sale a pasear. Los bichitos lo saludan: -¡Adiós caracol con un maíz arriba! Y Bú contesta: ¡Col col! Está muy contento paseando su casa, que se pone y se saca, porque, después de todo, ¿a quién no le gusta ponerse y sacarse su casa alguna vez? 

La historia de un nabo (Cuento folklórico ruso)

La historia de un nabo
Traducción de la versión inglesa y adaptación de Elsa Isabel Bornemann. 

                 Había una vez una historia de un viejo que plantó un nabo chiquito y le dijo:- Crece, crece, nabito, ¡crece dulce! Crece, crece, nabito, ¡crece fuerte! Y el nabo creció dulce y fuerte y grande. ¡Enorme! Un día, el viejo fue a arrancarlo. Tiró y tiró, pero no pudo arrancarlo. Entonces llamó a la vieja. La vieja tiró de la cintura del viejo. El viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron una y otra vez, pero no pudieron arrancarlo. De modo que la vieja llamó a la nieta. La nieta tiró de la vieja, la vieja tiró del viejo, el viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron una y otra vez, pero no pudieron arrancarlo. Entonces la nieta llamó al perro negro. El perro negro tiró de la nieta, la nieta tiró de la vieja, la vieja tiró del viejo, el viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron una y otra vez, pero no pudieron arrancarlo. Entonces el perro negro llamó al gato blanco. El gato blanco tiró del perro negro, el perro negro tiró de la nieta, la nieta tiró de la vieja, la vieja tiró del viejo, el viejo tiró del nabo. Tiraron y tiraron una y otra vez, pero no pudieron arrancarlo. Entonces, el gato blanco llamó al ratoncito. El ratoncito tiró del gato blanco, el gato blanco tiró del perro negro, el perro negro tiró de la nieta, la nieta tiró de la vieja, la vieja tiró del viejo, el viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron y tiraron, con todas sus fuerzas, hasta que por fin ¡arrancaron el nabo! 
Pero... ¡púmpate!, el viejo cayó sobre la falda de su esposa, y la vieja cayó sobre la falda de la nieta, y la nieta sobre el perro, y el perro sobre el gato, y el gato sobre el ratón! Y sobre todos ellos... ¡cayó el nabo! Pero no se asusten: ninguno se lastimó. ¡Y qué maravilla era aquel nabo! Más tarde, hicieron con él una rica sopa. Y hubo suficiente para el viejo, para la vieja, para la nieta, para el perro, para el gato y para el ratón...¡Y aún sobró un poquito de sopa para la persona que les acaba de contar este cuento!

Cuento con caricia (Elsa Bornemann)


No sabía lo que era una caricia. Nunca lo habían acariciado antes. Por eso, cuando el changuito rozó su plumaje junto a la laguna –alisándoselo suavemente con la mano–, el tero se voló. Su alegría era tanta que necesitaba todo el aire para desparramarla.–¡Teru! ¡Teru! ¡Teru! ¡Teru! ¡Teru! ¡Teru! –se alejó chillando. El changuito lo vio desaparecer, sorprendido. La tarde se quedó sentada a su lado sin entender nada.

–¡Hoy me han acariciado! ¡La caricia es hermosa! –seguía diciendo con sus teru-teru...

–¡Eh, tero! ¡Ven aquí! ¡Quiero saber qué es una caricia! –le gritó una vaca al escucharlo. El tero se dejó caer: un planeador blanco, negro y pardo, de gracioso copete, aterrizando junto a la vaca...

–Esto es una caricia... –le dijo el tero, mientras que con el ala izquierda rozaba una y otra vez una pata de la vaca–. Me gusta tu cuero, ¿sabes? No imaginaba que fuera tan distinto de mi plumaje...

La vaca no lo escuchaba ya. Pasto y cielo se iban mezclando en una cinta verdeazul con cada aleteo del ave. Ni siquiera sentía las fastidiosas moscas...

Con varios felices muuu... muuu... se despidió entonces del tero. ¿Caminaba o flotaba? ¿Soñaba? No. Era tan cierto como el sol del atardecer, bostezando sobre el campo. Era verdad: ella sabía ahora lo que era una caricia... Distraída, atropelló un armadillo que descansaba entre unos matorrales:

–Cuidado, vaca, ¿no ves que casi me pisas? ¿Qué te pasa? ¿Estás enferma?

–Este quirquincho no puede entender... –pensó la vaca–. Es tan tonto... –y continuó caminando o flotando, mugiendo o cantando... Pero el animalito peludo la siguió curioso, arrastrándose lentamente sobre sus patas. Finalmente, la chistó:

–Shh... Shhh... ¿No vas a decirme qué te pasa? Suspirando, la vaca decidió contarle:

–Hoy he aprendido lo que es una caricia... Estoy tan contenta...

–¿Una caricia? –repitió el armadillo, tropezando con el nudo de una raíz–.¿Qué gusto tiene una caricia?

La vaca mugió divertida:

–No, no es algo para comer... Acércate que te voy a enseñar... –y la vaca rozó con su cola el duro y espeso pelo del animalito. Su coraza se estremeció. Tampoco a él lo habían acariciado antes...

¿De modo que ese contacto tan lindo era una caricia? Para ocultar su emoción, cavó rápidamente un agujero en la tierra y desapareció en él. La noche taconeaba ya sobre los pastos cuando el armadillo decidió salir. La vaca se había ido, dejándole la caricia... ¿A quién regalarla? De pronto, un puercoespín se desperezó en la puerta de su grieta. Era la hora de salir a buscar alimentos.

–¡Qué mala suerte tengo! –exclamó el armadillo–. ¡Encontrarte justamente a ti!

–¿Se puede saber por qué dices esa tontería? –gruñó el puercoespín, dándose vuelta enojado.

–Pues... porque tengo ganas de regalar una caricia... pero con esas treinta mil púas que tienes sobre el cuerpo... voy a pincharme...

–¿Una caricia? –le preguntó muy interesado el roedor–. ¿Te parece que mis dientes serán lo suficientemente fuertes para morderla? ¿Es dulce o salada?

–No, amigo, una caricia no es una madera de las que te gustan tanto...ni una caña de azúcar... ni un terroncito de sal... Una caricia es esto...–y frotando despacito su caparazón contra la única parte sin púas de la cabeza del puercoespín, el armadillo se la regaló.

¡Qué cosquilleo recorrió su piel! Un gruñido de alegría se paró en la noche. Su primera caricia...

–¡No te vayas! ¡No te vayas! –alcanzó a oír que el armadillo le gritaba riendo. Pero él necesitaba estar solo... Gruñendo feliz, se zambulló en la oscuridad de unas matas. La mañana lo encontró despierto, aún sin desayunar y murmurando:

–Tengo una caricia... Tengo una caricia... ¿A quién podré dársela? Ninguno me la aceptará... Tengo tantas púas...

–¿Estás loco? –le dijo una perdiz. –¡Se ha emborrachado! –aseguró una liebre. Y ambas dispararon para no pincharse. El puercoespín se enroscó. Su soledad de púas lo molestaba por primera vez...Ya era tarde cuando lo vio, recostado sobre un tronco, junto a la laguna. El changuito sostenía con sus piernas la caña de pescar. Un sombrero de paja le entoldaba los ojos. Dormitaba...

El puercoespín no lo pensó dos veces y allá fue, llevándole su caricia. Su hociquito se apretó un momento contra la rodilla del chango antes de escapar –temblando– hacia el hueco de un árbol. El muchachito ni siquiera se movió, pero a través de un agujerito de su sombrero lo vio todo.

–¡El puercoespín me acarició! –se dijo por lo bajo, mirando de reojo su rodilla curtida–. Esto sí que no lo va a creer mi tata... –y su silbidito de alegría rebotó en la laguna.

–¿Dormita el chango? ¿Sonríe? ¿Pesca o silba? –se preguntó la tarde. Y siguió sentada a su lado sin entender nada.





INSTRUMENTOS MUSICALES

¿CÓMO HACER COTIDIÁFONOS?




RECETAS PARA JUGAR (no comestibles)




PIEDRA LIBRE (JUEGOS)

TALLER DE JUEGO SIMBÓLICO Y DRAMÁTICO

🎈 La cocina de casa: buscar ollas, cubiertos (no punzantes), vasos de plástico, platos, potes vacíos, delantal de cocina, bolsa de súper, masa para jugar a cocinar. Hacer una torta de verdad.

🎈El supermercado: con envases vacíos, armar góndolas con sillas, caja registradora con cajitas de zapatos, se pueden incluir coches con bebés, carteras, etc.

🎈El mundo del bebé: cunita, sabanas, bolso, cambiador, ropa, mamadera, chupete, etc. Jugar a realizar los cuidados del bebé: darle de comer, cambiarlo, bañarlo, etc.

🎈La carpintería: con bloques de madera,  sillas, la mesa, o lo que encuentren de madera buscar tornillos grandes, y todo lo que pueda representar herramientas (supervisar los elementos). 

🎈 La tienda de ropa o la juguetería: jugar a comprar o vender , ordenar, acomodar por color, por prenda, por juguete, etc.

🎈Hacer pistas de autos, armar paisajes de ciudades o el campo.

🎈 Jugar a los oficios y profesiones: doctor/a, maestro/a, etc. 

ARTE EN COLORES

“Todo niño es un artista porque cree ciegamente en su

propio talento y no tiene miedo a equivocarse”


TÉCNICAS GRÁFICO PLÁSTICAS 🎨


🎨SOPORTES (SOBRE QUÉ PINTAR): HOJAS DE PAPEL BLANCAS O DE COLOR, PAPEL DE DIARIO, CARTULINAS, AFICHES, CARTÓN, UN LUGAR DEL SUELO PERMITIDO, UN LUGAR DE LA PARED PERMITIDO, TELAS, UN MANTEL VIEJO, PAPEL CELOFÁN, ROPA PARA DECORAR, PAPEL DE ENVOLTORIO DE REGALO, ETC.

🎨 MATERIALES DE COLOR: CRAYONES, TIZAS BLANCAS Y DE COLOR, TÉMPERAS, LÁPICES, FIBRAS, PLASTICOLAS DE COLOR, PAPELES SATINADOS.

🎨 ÚTILES APLICADORES DEL COLOR: LAS MANOS, DEDOS, PINCELES, ESPONJAS, SELLOS CON TAPAS O CORCHOS.

🎨 MASAS PARA MODELAR: VER RECETAS


¿CÓMO CREAR TÉCNICAS?
MEZCLANDO CADA VEZ LOS ÚTILES APLICADORES DEL COLOR CON SOPORTES...DÁNDOLE LUGAR A LA CREATIVIDAD. POR EJEMPLO: CORTAR CON LOS DEDOS (RASGAR) PAPELES DE COLORES, PEGARLOS EN UN PAPEL DE DIARIO Y DECORAR CON FIBRAS.

TEMAS
🎨CREACIONES LIBRES
🎨A PARTIR DE HISTORIAS, CUENTOS, POESÍAS O NARRACIONES
🎨A PARTIR DE IMÁGENES
🎨A PARTIR DE LA REALIDAD (POR EJEMPLO, PINTAR LO QUE VEMOS POR LA VENTANA)


EL TALLER DE HISTORIAS

La regadera misteriosa (María Elena Walsh)
Audio: seño Agu












CUENTOS DE HABÍA UNA VEZ










MÚSICA PARA RELAJARSE =)





















POESÍAS Y MÁS CUENTOS

“La poesía no alude más que a sí misma, sopla donde quiere y es preferible que no forme parte del temario sino del recreo, que se integre más en el juego que en la instrucción”. 
María ElenaWalsh



Palabras (Gianni Rodari)
Tenemos palabras para vender, palabras para comprar, palabras para hacer palabras. 
Vayamos juntos a buscar las palabras para pensar. 
Tenemos palabras para fingir, palabras para herir, palabras para hacer cosquillas. 
Vayamos juntos a buscar las palabras para pensar. 
Tenemos palabras para llorar, palabras para callar, palabras para hacer ruido.
 Vayamos juntos a buscar las palabras para pensar. 














MÚSICA PARA JUGAR